Aspectos de MERCURIO y JÚPITER



Aspectos armónicos

Esta combinación es señal de un intelecto desarrollado, amplio y con capacidad para las grandes teorías. La inteligencia es abierta, inclinada a la adquisición de la sabiduría, el conocimiento académico y la cultura general. El pensamiento tiene un toque filosófico con dotes para la enseñanza y sentido de la pedagogía, tiende al discurso jocoso y tolerante y a dar generosamente consejo.

Otorga además alegría, un espíritu juvenil y bromista con sentido del humor y con tendencia a la carcajada. Es indicativo de dotes para el comercio, honradez y fidelidad intelectual a la verdad. Al sujeto le disgusta decir mentiras o ser tramposo, pero puede ser diplomático diciendo la verdad. Habla con educación y respeto y se puede confiar en su palabra.

Otorga siempre alguna clase de buen juicio, de tino y acierto en las opiniones que casi nunca son dogmáticas sino más bien libre pensantes y respeta sinceramente las ideas ajenas. Inclina a la cordura, la cohesión de las ideas. 

Aspectos inarmónicos

Los aspectos inarmónicos tienen fama de otorgar un espíritu inquieto con un intelecto amplio y de alcance aunque a menudo algo engreído y demasiado generalista, de abarcar mucho y apretar poco. Suele haber una exigencia de ser creído y respetado en sus palabras e ideas, aunque inclina a los problemas de credibilidad personal.

La forma de hablar puede ser algo exagerada o ampulosa, hasta grandilocuente. A veces se relatan las cosas con falta de objetividad o para que encajen en un punto de vista, mezclando información y opinión de forma que en realidad se miente bajo la apariencia de la verdad. Es obviamente típico de escritores o periodistas propagandistas. Aquí la diplomacia degenera en hipocresía y en los casos más graves conduce al perjurio o falso testimonio. 

A veces es signo de ignorancia en materia puramente de conocimientos. En cualquier caso el sujeto no debería pretender tanto acierto intelectual como él mismo se arroga. Puede opinar con ideas preconcebidas sin librarse de los prejuicios de la educación recibida o de sus propias creencias. Existe riesgo también de equivocarse en el juicio al desenfocar la importancia de las cosas ya que puede colar un mosquito y tragarse un camello.

Inclina en ocasiones a la persona a farolear con respecto a sus conocimientos o su inteligencia, a dar consejos sin que se los pidan, a juzgar y opinar sin cabal conocimiento y a pasarse de listo. Inclina a las bromas pesadas y a la excesiva hilaridad, puede ser guason, algo bufón e irreverente. No es inusual hacer gala de una pedantería excesiva, hablando como si los demás fueran ignorantes o gente de poco juicio, hablar con énfasis y aire adoctrinador y con inclinación a dar sermones aburridos y dogmáticos.

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