2005 RN43

 

Crono

Tras cortar los genitales de su padre Urano, el dios Crono supo por su madre Gea que estaba destinado a ser derrocado por uno de sus propios hijos, como él había hecho con su progenitor. Por ello, aunque fue padre con Rea de los dioses Deméter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón, se los tragaba tan pronto como nacían. Cuando iba a nacer su sexto hijo, Zeus, Rea pidió a Gea que pensara un plan para salvarlos y que así finalmente Crono tuviese el justo castigo a sus actos contra su padre y sus propios hijos. Rea dio a luz en secreto a Zeus en la isla de Creta y entregó a Crono una piedra envuelta en pañales que éste tragó enseguida sin desconfiar creyendo que era su hijo.

Rea mantuvo oculto a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. Según algunas versiones de la historia, Zeus fue criado por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de Curetes o Coribantes, bailarines armados, gritaban y daban palmadas para hacer ruido y que así Crono no oyese los llantos del niño. En otras versiones Zeus era criado por una ninfa llamada Adamantea, que lo escondía colgándolo con una cuerda de un árbol, de forma que quedara suspendido entre la tierra, el mar y el cielo (sobre los que gobernaba su padre, Crono). Incluso en otras versiones, Zeus era criado por su abuela Gea; por una ninfa llamada Cinosura, a quien en agradecimiento Zeus subió entre las estrellas tras su muerte; o por Melisa, hija de Meliseo, rey de Creta que junto a sus hermanas Ida y Amaltea escondieron al pequeño Zeus en una caverna del monte Ida, en la Isla de Creta y lo alimentaron con miel y la leche de Amaltea.
Cuando creció, Zeus usó un veneno que le dio Gea para obligar a Crono a regurgitar el contenido de su estómago en orden inverso: primero la piedra y después al resto de sus hermanos. En algunas versiones, Metis le daba a Crono un emético para obligarle a vomitar los niños, y en otras Zeus abría el estómago de Crono. Tras liberar a sus hermanos, Zeus liberó del Tártaro a los Hecatónquiros y a los Cíclopes, quienes forjaron para él sus rayos, el tridente para Poseidón y el casco de invisibilidad para Hades. En una gran guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas, con la ayuda de los Hecatónquiros y los Cíclopes destronaron a Crono y vencieron a los Titanes. Tras esto, muchos de ellos fueron encerrados en el Tártaro, si bien otros no, como Rea, Metis, Epimeteo, Menecio, Hécate, Océano y Prometeo entre otros.
Los relatos sobre el destino de Crono tras la Titanomaquia difieren. En la tradición homérica y hesiódica, fue encarcelado con los demás Titanes en el Tártaro. Una interpolación en Trabajos y días indica que Crono fue luego liberado por voluntad de Zeus, y que desde entonces fue rey de las islas de los Bienaventurado

Zeus

En la mitología griega, Metis era la titánide que personificaba la prudencia. Fue la primera amante y esposa de Zeus, de quien al principio se esforzó en apartarse metamorfoseándose de diversas formas. Metis profetizó a Zeus que daría a luz una hija y después un hijo que estaría destinado a gobernar sobre dioses y mortales, si bien Hesíodo afirma que fueron Urano y Gea quienes le hicieron esta revelación.

Tras yacer con ella, Zeus temió inmediatamente la profecía. Para impedir tan graves consecuencias, se trago a Metis "encerrándola en su vientre”, pero la diosa ya había concebido una hija. Zeus empezó a sufrir unos terribles dolores de cabeza que no dejaron de crecer hasta que, desesperado, le ordenó al dios Hefesto que abriera su cabeza con un hacha, De la abertura salió la diosa Atenea, dando un salto y con un  gran grito de victoria que fue escuchado en todos los confines, completamente adulta y completamente armada.

Queda claro que los reyes de las divinidades griegas tenían un problema con el infanticidio. En la naturaleza se observa un patrón de conducta muy parecido en el caso de los leones, por ejemplo. El león es un animal social. Las leonas tienden a agruparse en manadas con varias hembras que comparten con uno o varios machos dominantes. La principal tarea de los machos es asegurar su descendencia con las hembras y defender su territorio y su derecho exclusivo frente a otros machos extraños aspirantes. Cuando un macho o un grupo de machos aliados que vagan sin hembras  consigue derrocar al viejo rey de una manada, expulsándole de su reino, suele matar a las crías que tienen las leonas e incluso puede intentar forzar el aborto de las preñadas. Hace esto porque necesita que las hembras estén listas de inmediato para reproducirse y criar a su propia descendencia. Los leones no pueden perder el tiempo, pues sus reinados pueden ser muy cortos. Incluso los propios hijos, una vez que empiezan a mostrar signos físicos de madurez sexual o algún interés por las hembras, son expulsados de la manada.

Este último ejemplo me parece aún mejor que los mitos anteriores para explicar en su versión más natural la constelación arquetípica de 2005 RN43. En los mitos expuestos se muestra una actitud típica en la dinámica de la conservación del poder o el status; la tendencia a reprimir lo amenazante de raíz, antes de que crezca y se desarrolle. Pero este astro corporiza la posición del viejo legislador, toda la historia del Poder que un día destronó y será destronado; el infanticidio y sus problemas posteriores con el joven aspirante que, ya crecido, exige su derecho de reinar.

Entre las características de este enano encontramos las que permiten el ascenso a la cumbre social hoy en día; la gran ambición, la usencia de escrupulos, el control de las relaciones de poder, la integración en sociedades secretas, la persecución de los servidores públicos honestos, la prepotencia y el desprecio sobre las escalas subordinadas y, especialmente, la crueldad con los inocentes. ¿Es posible que el descubrimiento de este enano esté señalando, (en el nucleo del Poder y la plutocracia mundiales), a la existencia de una elite proveniente de sociedades secretas relacionada con oscuros cultos al macho cabrío, al éxito y las riquezas, y envuelta en casos de abusos infatiles y sacrificios rituales de niños?

Conviene fijarse en la figura del infante amenazador; este es Ceres, el recién nacido celestial, el bebe sagrado que un día será rey. 

Herodes el Grande y la matanza de los niños

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 
Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea. 
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.  
Pero siendo avisados los magos por revelación en sueños de que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. 
Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto y estuvo allá hasta la muerte de Herodes. 
Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.

Antonio Piñero señaló que muchos estudiosos dudan de la “historicidad” del relato en el sentido moderno del término, y que se suele considerar una reelaboración de otras narraciones del Antiguo Testamento:

Herodes que busca cómo liquidar a Jesús y la matanza de los inocentes sería una aplicación a los tiempos primeros de Jesús de la historia del malvado Faraón que quiso acabar con Moisés niño y que mataba a los recién nacidos varones de los israelitas (Éxodo 2 y siguientes). [...] No hay que extrañarse de este procedimiento para nosotros hoy tan singular que se ha denominado «historia teológica»: existían en la Antigüedad muchos modelos y precedentes para ello. Una vez que pasados los años se conocía la grandeza de tal o cual personaje, se confeccionaba a base de tradiciones más o menos fiables, o incluso de leyendas, una historia de su nacimiento en la que se ponían de relieve las circunstancias prodigiosas, maravillosas, divinas, del tal nacimiento. Así ocurrió con el rey persa Ciro (narración compuesta por Heródoto), con Alejandro Magno (por Plutarco), o con el filósofo, predicador ambulante y taumaturgo Apolonio de Tiana (por Filóstrato).
Antonio Piñero

Parece que el tema del poderoso infanticida es bastante recurrente en la imaginería universal. Pero aún tenemos otro ejemplo interesante:

 

La mujer y el dragón (Apocalipsis)

Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.  
También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.  
Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.  
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.  
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.  
Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.  
Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.  

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