Mercurio

A Mercurio se le atribuye el ámbito de la información, el intercambio, la comunicación con sus sistemas y medios, el comercio, el transporte, la mente, el pensamiento, la reflexión, el discurso, el intelecto, el conocimiento, el saber, el aprender, el lenguaje, la palabra, el concepto, la idea concreta, la docencia, el mundo académico, la literatura, el periodismo.

En el comienzo, “el hombre puso nombres a toda bestia y ave de los cielos, y a todo animal del campo”. Esta frase de la biblia bien puede resumir la esencia de lo regido por este planeta. Mercurio pone nombres, asocia la palabra o el símbolo a la cosa para almacenar su recuerdo en la memoria y poder así manejarla y comunicarla desde el reino del pensamiento, cuya función es sustituir y funcionar como un espejo de los fenómenos y de las cosas reales en los seres intelectivos. 

Desde las formas de comunicación más simple, como el limitado número de sonidos diferentes que son empleados por algunas especies para comunicar determinados peligros concretos, hasta las representaciones gráficas o los vocablos de significado altamente sintético de la ciencia actual, el lenguaje es el vehículo del pensamiento. De aquí que la amplitud de los conceptos y símbolos que usamos y su riqueza o precisión de significado definen la profundidad y alcance del intelecto y su fidelidad con el mundo real.

Este planeta es el pájaro que pía dentro nuestras cabezas; el movimiento del pensar y el constante parloteo interior. Es el viento que susurra, peregrino, pues Mercurio a menudo está de paso. Se relaciona con el comercio, el trueque, la moneda como medio de intercambio de bienes y servicios, los sistemas de mensajería, el trasporte, las vías, los caminos, los mercados, los contactos de negocios, las visitas, las relaciones con terceros….

Mercurio tiene diferentes facetas. Una es un aspecto juvenil, curioso, ávido de saber, eterno aprendiz, ingenioso, con algunos rasgos de ladrón, listillo y mentiroso desde su nacimiento. Proclive a ser versátil, adaptable y a buscarle las vueltas hábilmente a las cosas para salirse con la suya sin mucha consideración del aspecto “legal” de sus actos o de la observancia de las reglas del juego. Se le representa como un bello joven de sexo ambiguo, cuando no claramente hermafrodita, simbolizando la naturaleza asexuada de la relación entre hermanos o la de los contactos de tipo intelectual, así como las relaciones basadas en el intercambio de bienes o información.

Otro aspecto es el del maestro, tenedor del conocimiento, testigo, narrador, transmisor de los hechos, escriba; anciano barbudo que conoce la historia y la comunica, autoridad académica, intelectual y persona de palabras e ideas, prudente, avisada y entendida.

Mercurio se manifiesta también en forma ligera, sociable, diplomática y cortés. Tiende a servir como mediador, negociador o intermediario. Los dioses enviaban al divino Mercurio en estos menesteres para hablar en su nombre y para persuadir con su elocuencia. Este es el mensajero, el viajero de pies alados. Facundo disertador o representante, orador que convence.

La posición y los aspectos de Mercurio definen nuestras habilidades y destrezas en el ámbito mental y manual, nuestra versatilidad, nuestra capacidad de aprender, de imitación, de asimilación de conocimiento, nuestro desarrollo lingüístico, de argumentación y expresión hablada o escrita, nuestra capacidad en los negocios y el comercio. Dan la medida de la fidelidad de nuestro entendimiento con respecto a los hechos y lo real, de la capacidad de conocer, pensar, y por tanto expresarnos con la consistencia de lo inteligible, de forma tal que ilumine y no lleve a sacar conclusiones erróneas o nos conduzca por caminos en vía muerta. Este planeta tiene todo que ver con la luz del entendimiento, sobre todo desde el punto de vista funcional y operativo.

Los aspectos inarmónicos de este astro pueden ser indicio de disonancias o desórdenes cognitivos, ciertos malos hábitos de pensamiento, vicios del entendimiento o del procesado de la información. Problemas en la comunicación, interferencias o ruido que la distorsionan, informaciones equívocas, inconsistencia del discurso, dificultades para aprender ciertas lecciones en la vida. El entendimiento y por tanto su discurso pueden perder el rigor y la neutralidad que caracterizan a una inteligencia clara y objetiva. Si Mercurio es el gran intercambiador y articulador entre las cosas, sus disonancias se expresan en forma de desacuerdos, contradicción, malos entendidos y negociaciones o palabras que provocan la discordia y la polémica.

En su peor faceta encontramos una tendencia al mal uso de la inteligencia y a la deslealtad con la responsabilidad que implica el conocimiento, la palabra y la información. Inclina al latrocinio, a la deshonestidad, a faltar a la verdad. Hace a individuos poco fiables cuyo pensamiento e intenciones pueden cambiar como cambia la dirección del viento. A menudo se busca el camino corto para conseguir los fines; la fórmula, el truco para burlar los obstáculos o los imperativos legales. Se recurre a la artería, la astucia, la mentira, la tergiversación, la desinformación, la calumnia, el falso testimonio para argumentar, persuadir o llevarse el gato al agua. Indiscreto, murmurador, chivato, parlanchín, ligero y frívolo. También se puede encontrar la excesiva intelectualidad y la inclinación a vivir en un mundo donde las palabras e ideas sustituyen la importancia de las cosas reales a las que apuntan.