2008 OG19


El escribano, que estaba presente en la sesión de tortura recogía todos los detalles y “anotaba cada palabra y cada gesto, dejando con ello una impresionante y macabra prueba de los sufrimientos de las víctimas de la Inquisición". El siguiente es un ejemplo de estos documentos. Se trata de una mujer judeoconversa acusada de seguir practicando su antigua religión por no comer carne de cerdo y cambiarse de ropa los sábados (aunque ella, cuando es puesta en el potro, desconoce completamente la acusación y lo que han afirmado los testigos de cargo, pues esta era la forma de actuar de la Inquisición: que el reo confesara sin que se le dijera qué supuesto delito había cometido):

Se ordenó que fuera puesta en el potro, y ella preguntó: "Señores, ¿por qué no me dicen lo que tengo que decir? Señor, pónganme en el suelo, ¿no he dicho ya que hice todo eso?". Le pidieron [los inquisidores] que lo dijera. Y ella respondió: "No recuerdo, quítenme de aquí. Hice lo que los testigos han dicho". Le pidieron que explicara con detalle qué es lo que habían dicho los testigos. Y ella replicó: "Señor, como ya le he dicho, no lo sé seguro. Ya he dicho que hice todo lo que los testigos dicen. Señores, suéltenme, por favor, porque no lo recuerdo". Le pidieron que lo dijera. Y ella respondió: "Señores, esto no me va a ayudar a decir lo que hice y ya he admitido todo lo que he hecho y que me ha traído a este sufrimiento. Señor, usted sabe la verdad. Señores, por amor de Dios, tengan piedad de mí. ¡Oh, señor! Quite estas cosas de mis brazos, señor, suélteme, me están matando". Fue atada en el potro con las cuerdas, y amonestada a que dijera la verdad, se ordenó que fueran apretados los garrotes. Ella dijo: "Señor, ¿no ve que estas personas me están matando? Lo hice, por amor de Dios, dejen que me vaya".

Tomado de la Wikipedia

Puede decirse que el dolor es un sistema de alerta que avisa a los organismos dotados de sensibilidad de que están sufriendo un daño tisular que amenaza su integridad física. Sobra decir que el dolor no provoca el daño, por el contrario, sirve para obligar al ser sintiente a hacer -o dejar de hacer algo de inmediato para evitar la destrucción de los tejidos, de los huesos o de las funciones de los órganos. Surge una pregunta que no puedo contestar: Si existe algo como un alma que puede ser dañada, ¿Es posible un dolor del alma que está ahí para evitar su destrucción?

Sospecho que este enano puede relacionarse con el sufrimiento por activa y por pasiva. Encontraremos al “chinche”, al molesto, pero también al castigador, al torturador…. Incluso a esos demonios en la imaginación de tantas culturas que a menudo pintamos en occidente con cuernos y tridente. Apuesto a que 2008 OG19 tiene mucho que ver con el tártaro, el infierno. Ese lugar dentro del inframundo que no podemos confundir con el reino de los muertos, pues solo es un lugar allí, reservado para los condenados por la divinidad. 

Pero también hallaremos al castigado, al atormentado, al que sufre, de lo que el mismo Jesucristo puede ser un buen arquetipo con su pasión y muerte. A nadie se le escapa la capacidad coactiva y correctiva que tiene el sufrimiento, ni su relación con la justicia retributiva, También es evidente su propiedad curativa o "purificadora", digamos, por el fuego y la expiación.

El suplicio es algo ampliamente utilizado por los poderosos y por aquellos que buscaron el dominio o la conquista; solo hay que fijarse en los Grandes Torturadores a través de los tiempos que se servían de “oficiales” cuando no lo dirigían ellos mismos.

La sublimación de este astro debe ser la pasión, entendida como el sentimiento intenso y energizante que viene de lo más profundo del alma y surge solo cuando uno ha encontrado la razón de vivir. Nos llena de adrenalina y vigor, y todo cobra sentido. Grandes maestros y místicos han sostenido que cuando se permanece sin huir del sufrimiento, de alguna manera, este se transforma en una exaltada pasión sin causa que arde sin conflicto en el alma del aquél que ha encontrado la unidad en la totalidad y en la llama eterna de la vida.


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