Ixión

Ixión fue un rey de los lapitas. Prometió a Deyoneo un valioso regalo si le permitía casarse con su hija Día, pero nunca cumplió su promesa, por lo que su suegro, en compensación, le tomó en prenda sus yeguas. Ixión, disimulando su resentimiento, invitó a Deyoneo a una fiesta en Larissa, prometiéndole el pago y una vez que lo tuvo en su casa, lo arrojó a un foso lleno de carbones ardiendo. Este crimen, que vulneraba las leyes sagradas de la hospitalidad horrorizó tanto a los reyes vecinos que ninguno quiso purificarle, obligando a Ixión a vivir escondido y huyendo del trato de los demás.

Abandonado y aborrecido por todos, imploró perdón al dios Zeus, que se apiadó de él, acordándose de que hasta los mismos dioses hacían locuras por amor y, purificándole, le invitó a la mesa de los dioses. Pero Ixión, lejos de estar agradecido, intentó seducir a Hera, la mujer de Zeus, que indignada se lo contó a su marido. Para probar si las proposiciones eran ciertas Zeus creó una nube con la forma de su mujer, y la hizo aparecer ante Ixión, que cayó en la trampa. De la unión de Ixión y la falsa Hera, llamada Néfele, nació Kentauro, que cuando llegó a adulto engendró con yeguas magnesias la raza de los hombres-caballo, o centauros.

Zeus, pensando simplemente que el beber el néctar de los dioses había trastocado a Ixión, se conformó con desterrarle simplemente. Pero cuando vio que el ingrato presumía de haber seducido a Hera, le mató con un rayo (la única forma de morir que tenían los que habían probado la ambrosía), y le condenó al Tártaro, donde Hermes le ató con serpientes a una rueda ardiente que daba vueltas sin cesar. Sólo descansó de su tormento el tiempo que Orfeo estuvo en los infiernos, pues su maravilloso canto hizo que se parara la rueda.

En conjunto, este mito nos presenta la historia de un condenado que puede ser visto como arquetipo de criminal. Salta a la vista la semejanza con el Caín de la biblia, que como Ixión para los griegos es el primero que mata a un familiar, siendo después condenado a vagar por la tierra como maldito. Ixión es rechazado por todos y vaga buscando asilo y comprensión pero nadie lo acoge hasta que Zeus se compadece.

Ixión revela una naturaleza notablemente vengativa y cruel, muy escorpiana. En su crimen, enfatiza el engaño y la astucia en su aspecto más maligno. Dominado por sus pasiones, incapaz de frustrarse y desalmado, no admite que le devuelvan la jugarreta, demostrando que está libre de todo límite ético.

Loki


Otro personaje interesante a la vista es Loki, quien sin ser uno de ellos, se iguala con los Aesir, la estirpe de los dioses gobernantes en la mitología nórdica, cuya tramposa y perversa naturaleza parece corresponder bien aquí. Loki consigue mediante engaños matar al Dios Balder, personificación de la Paz, la Luz y el Perdón, llamado el “bueno”, el mejor y más alabado de los dioses nórdicos y segundo hijo de Odin. Lo hace engañando al propio hermano de Balder, un dios ciego para que le dispare una flecha hecha de muérdago, la única cosa sobre la tierra que no había jurado no dañar jamás a Balder. Todos los seres y las cosas del mundo lloraron amargamente su muerte y estaba profetizado que ese acontecimiento dejaría servido el Ragnarok (el apocalipsis nórdico). El mito especifica su tormento hasta los últimos días, en que se liberará para hacer la guerra a los dioses y destruir el mundo de los hombres. Como castigo, los dioses atraparon a sus dos hijos y trasformaron a su hijo Vali en un lobo que se revolvió contra su hermano y lo devoro dejando solo las tripas, con las que  ataron a Loki a tres grandes peñascos y pusieron sobre su cabeza una serpiente cuyo veneno cae sobre su cara, provocando un dolor tan horrible que Loki se retuerce creando así los terremotos.

Aquí encontramos de nuevo al criminal execrable en el astuto, mentiroso, engañoso Loki, quien es considerado por los comentaristas como un problema entre los dioses nórdicos, especialmente enemigo pero también complice de Odin, y salvando las distancias puede encontrarse cierta semejanza con la figura del Diablo con respecto del Dios cristiano. 

Mefistófeles


Por todo lo visto, sospecho que este planeta enano podría estar señalando a la esencia de una inteligencia mefistofélica, maquiavélica, liberada de códigos morales o éticos. Una inteligencia sociopática, sin escrúpulos, pero hábil para manejar las emociones y las pasiones. El mundo de los servicios secretos y del espionaje (tan solapado, a menudo, con el de la diplomacia) parece tener relación con este astro.

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