Aspectos de SATURNO y PLUTÓN

Aspectos armónicos

La combinación armónica entre Saturno y Plutón es indicio de una determinación firme, resistencia y de aguante ante el sufrimiento. La persona tiene una cáscara más dura de lo que puede parecer. Confieren un instinto de supervivencia con astucia para guardarse del mal y una personalidad cautelosa y prudente que considera su seguridad y la de los suyos con mucho cuidado. No olvida fácilmente las ofensas para no tropezar en la misma piedra.

La persona tiende a ser autocontrolada y reservada, sabe frenar sus instintos y no dejarse llevar por la pasión o el impulso, ejecuta con precisión, tiene la sangre fría. Hay un punto de responsabilidad y sentido de las consecuencias.

Inclina al gusto por la investigación exhaustiva y posee una pasión fría, sostenida y concentrada que con gran tenacidad consigue llegar a lo más profundo de las cosas. Hay una necesidad de acabar las cosas, de llevarlas hasta su final, de agotar el tiempo y los recursos. Tiende a cumplir con celo sus deberes y a asegurar las cosas escrupulosamente.

Es típica una actitud de transformación profunda de las cosas desde su raíz para construir estructuras más sólidas y resistentes, pero es una mutación gradual en el tiempo transformando constructivamente lo caduco sin poner en riesgo las bases. Es excelente para los investigadores, los cirujanos, los psicoanalistas y para todas las actividades de mantenimiento o conservación.

Aspectos inarmónicos

Saturno en relación disonante con Plutón es signo de una destrucción despiadada de lo caduco. Se sugiere un conflicto entre un lado conservador que se resiste a los cambios, y el agente del cambio que parece querer una destrucción sin miramientos de la base de las cosas para empezar desde cero. En cualquier caso, se dificulta la mutación constructiva y gradual, hay carencia de mantenimiento u obstáculos para su realización, de forma que la estructura envejece carcomida interiormente por los agentes hasta que se derrumba y muere.

Es el arquetipo de lo mortal y corruptible, de la naturaleza de aquéllo que no puede regenerarse. A veces es una experiencia de algo inamovible que resiste todos los intentos de cambio. Este es un aspecto que se relaciona con los regímenes totalitarios, el fascismo y los sistemas de partido único, la corrupción política y las servidumbres del poder.

Produce esta combinación un sentido de vacío, de falta de algo básico y necesario. Puede conducir a crisis profundas y experiencias de sufrimiento crónico. No es raro vivir situaciones de carencia y necesidad en algún aspecto de la vida. Aquí se choca con algo fatalista e inexorable, con una realidad cruel y despiadada. Puede haber enemistades y venganzas en lo profesional, acoso laboral, verse envuelto en sordas luchas en la cumbre.... Es signo de corrupción en la administración publica o de las empresas.

Hay tendencia a ser algo miedoso y a angustiarse demasiado por la propia seguridad, a cierta falta de reacción instintiva en ocasiones que es necesaria. Los instintos pueden no actuar eficazmente o el sujeto no confía en ellos.

Es un factor de represión o limitación de las necesidades y los deseos. A veces el sujeto no consigue expresar sus necesidades, de modo que supone una experiencia de frustración. Pero también se da lo contrario; una desmotivación y falta de deseo.

La persona es propensa a obstinarse a veces en extremos radicales, puede mostrarse despiadado, frió o indiferentemente cruel. Puede haber propensión a ser desconfiado y receloso, incluso llegar a una malicia o villanía infame. Tiende al rencor y al odio reprimido y en cualquier caso le cuesta olvidar las ofensas, se inclina ser duro y severo en los castigos o revelarse asfixiantemente represor o controlador. A veces se manifiesta una tendencia destructiva de odio al sistema. Inclina a las rutinas inconscientes y los hábitos autodestructivos, a los bloqueos emocionales por miedo o experiencias dolorosas. A menudo la persona es especialmente intolerante al sufrimiento o al fastidio.